viernes, 25 de agosto de 2017

El ombligo del Perú (Cuzco-Machu Picchu)

Retornábamos a Perú para visitar su destino estrella: Cuzco, que en quechua significa "ombligo". Cuenta la leyenda, que el Sol mandó a Manco Cápac y Mama Ocllo buscar un lugar donde se hundiese la vara de oro que portaban, y que sería allí donde tendrían que fundar la capital del imperio  que se convertiría en el "ombligo del mundo". Desde aquí los incas extendieron sus dominios por la zona que llamaron Tawantinsuyu y que hoy ocupan hasta seis países (sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y parte de Chile y Argentina).

Por tanto, así como Sucre fue testigo protagonista de la historia boliviana, Cuzco lo es tanto de la historia del imperio inca como de la ocupación colonial española posterior.

La capital inca estuvo repleta de templos que fueron destruidos por los españoles para construir iglesias en su lugar; pero la religión inca siguió latiendo bajo las baldosas españolas, consiguiendo cambiar la letra de la canción, pues esta vez, bajo los adoquines sí había "arena de playa": la memoria del imperio caído, que con el tiempo consiguió fusionar sus costumbres andinas con las católicas;  por lo que hoy en día, al entrar en los lugares sagrados católicos, puedes sentir al mismo tiempo que estás entrando en los antiguos templos sagrados incas. 

De esta manera, en la ciudad queda memoria de ambas épocas; en las calles Loreto y Hatunrumiyoc todavía sobrevive la exquisita arquitectura inca con sus piedras pulidas y encajadas a la perfección que se mezclan armoniosamente con el pasado colonial.

Quizás el mayor ejemplo de esta mezcla sea el antiguo templo de Qorikancha, que fue el templo más rico del Nuevo Mundo hasta la conquista española, estando recubierto en su momento de oro. Con la llegada de las tropas de Pizarro, se construyó en el mismo lugar el Convento de Santo Domingo, por lo que hoy queda un amplio claustro con sus arcos y sus balcones, bordeados por los antiguos templos que perviven desnudos de su oro.

La Plaza de Armas era y sigue siendo centro neurálgico de Cuzco. Los indígenas la bautizaron como Huacaypata que significa "lugar de lágrimas" porque aquí fue ejecutado Túpac Amaru I (uno de los reyes incas que se rebeló contra los españoles) ante la presencia de numerosos indios. En esta plaza están la catedral, la iglesia del Triunfo, la de la Sagrada Familia y la de la Compañía de Jesús; todas rodeando la fuente del inca Pachacútec.

Las mejores vistas las encontramos subiendo hasta la Iglesia de San Cristóbal. Tanto desde la plaza, como desde su campanario, se puede apreciar todo el centro histórico de la ciudad. Y desde aquí, haríamos un paréntesis de Cuzco, pues Machu Picchu nos esperaba.

Siempre he creído que las vías de tren están revestidas de cierto poder de atracción para el viajero; cierto halo romántico e hipnótico en las líneas paralelas que se pierden en el horizonte convergiendo en un punto de fuga; existe algo atractivo en ir saltando sus tablas de madera como jugando a la rayuela. Por eso no había mejor manera de llegar a Machu Picchu que hacer peregrinaje caminando junto a las vías del tren con las imágenes de "Cuenta conmigo" como flashes o un déjà vu.

El camino desde Hidroeléctrica (donde nos dejaba la combi) hasta Aguas Calientes era dos horas y media de recorrido junto a las vías, y muchos peregrinos como nosotros habían decidido sumarse para evitar pagar el tren por un agradable paseo entre montañas que servían de aperitivo.

Al día siguiente, evitando pagar el precio excesivo del bus, ascendimos hasta la entrada de las ruinas por unos escalones de piedra que atajaban la carretera. La subida fue de hora y media y perló de sudor nuestros rostros mientras los que bajaban animaban con sus "You are almost there!!".

Por fin, el Huayna Picchu aparecía ante nosotros dejando vislumbrar el perfil de la archiconocida montaña.

Entramos al yacimiento arqueológico a las 13h (pues teníamos el turno de la tarde) y algo nos decía que tratásemos de no detenernos hasta subir al mirador de "La Cabaña del Guardián"; algo, como en el mito de Orfeo nos animaba a dar momentáneamente la espalda a la imagen más fotografiada de Perú; no ceder ante la tentación y aguardar hasta dejarnos sorprender de golpe ante el poder visual y magnético de Machu Picchu una vez estuviésemos arriba.

El impacto es inevitable; ante tus ojos quedan los restos de una enorme ciudad, resguardados por la montaña que le concede gran parte de su belleza; imponente y exhuberante, el Huayna Picchu abraza las ruinas incas.

Es imposible no quedarse contemplando durante unos minutos, embobado, tratando de convencerse de que uno no está soñando y efectivamente tiene ante sí una de las siete maravillas. La propia imagen desde la retina parece que sea la que te pellizque susurrando: "estás vivo y estás aquí". Y una vez nos convencimos de que efectivamente, así era, comenzamos a visitar la ciudad.

Las ruinas se encuentran en perfecto estado, con sus piedras acopladas y ensambladas tan perfectamente que no hubo necesidad de utilizar nada más para mantenerlas unidas y crear bancales, casas, templos y hasta fuentes. El verde del césped y las montañas saturan de vida la fotografía.

Las llamas pastan tranquilamente y aguardan indiferentes a la cola de turistas que hacen turnos para inmortalizarse con ellas. La mayoría, al principio con respeto por no llevarse un escupitajo; pero están tan acostumbradas, que a menudo posan en los selfies con su estática sonrisa.

Tras terminar el recorrido, subimos de nuevo hasta el mirador para dejar pasar el tiempo ante las ruinas, dejando que reposasen en la memoria al tiempo que nuestras miradas seguían sorprediéndose ante la majestuosidad de los vestigios de lo que un día fue un asentamiento y hoy bien puede considerarse el ombligo, como mínimo, del Perú.

5 comentarios:

  1. Muy bonito Violeta y Enrique , yo ya en Valencia y papá esta vez me ha leído vuestro blog. Me ha encantado espero poder ir algún día a verlo.
    Estamos deseando que vengais ....
    Muchos besos cuidaros ya queda poco abrazos

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    1. Enseguida estamos allí, ¡no queda nada! 😘 😘😘

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  2. Vaya tela!!! Es precioso...yo no creo q lo vea en persona, pero ya lo he disfrutado a través de vuestras fotos y relato. En la foto con la llama muy guapos los tres...jeje.

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    1. La llama y Violeta son los más favorecidos 😂😂😂

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  3. Brutal!! Me habéis transmitido las ganas de ir!
    Abrazo

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