miércoles, 28 de junio de 2023

Aquí y ahora (Horseshoe Bend-Bryce Canyon NP-Moab)



"El himno de mi corazón, planea por el universo. Sin principio ni final..."

Dejamos el Grand Canyon atrás para seguir remontando el Colorado siguiendo ríos de asfalto, hasta llegar al Horseshoe Bend. Este meandro es conocido porque la curvatura del Colorado se asemeja a la herradura de un caballo. La perspectiva desde los altos acantilados, lo hacen visible y justifica que tantas veces se haya fotografiado e infiltrado en Instagram. Apartémonos de las masas y dediquemos un minuto a disfrutar del momento y venir al presente.

"...Hoy voy a dejarme llevar, sí..."

Las distancias de los mapas son engañosas en un país tan grande como los EEUU, por lo que la carretera decide que el alto en el camino sea de nuevo en la pequeña ciudad de Kanab, situada a las puertas de dos Parques Nacionales: Zion y Bryce Canyon. Aprovechamos para recargar pilas, disfrutar de la piscina y las vacaciones desde la calma del descanso.

Bryce Canyon NP nos acoge con los brazos abiertos de buena mañana, ofreciéndonos la oportunidad de quedarnos en el Sunset campground por un módico precio. Una vez asegurada la “cama” nos vamos de visita. Este Parque Nacional curiosamente no se trata de un cañón, ya que no está esculpido por la erosión. Sin embargo, está gobernado por los peculiares “hoodoos”. Estas cicatrices de la tierra sí que están creadas por la erosión del agua. Configuran bosques de chimeneas de hadas que emergen en diferentes y creativas formaciones verticales de colores anaranjados, rojizos y blancos.

Paseamos mirando hacia arriba entre los hoodoos, como si lo hiciéramos en una ciudad llena de rascacielos. También miramos hacia abajo con las vistas que ofrece el camino que bordea el “Cañón”, también conocido como el anfiteatro. Obviamente también miramos hacia el frente desde el Bryce Point. Un mirador que ofrece las mejores panorámicas de esta ciudad encantada. Las vistas lo merecen: dediquemos un minuto a venir al presente.

"…Siempre he querido estar aquí y ahora..."

Por la mañana amanecimos en el coche a -5 grados centígrados. Como intuiréis los que habéis ido siguiendo esta aventura, en unas horitas, el termómetro subiría hasta 38 grados. Después de unas horas de carretera, el Arches NP nos esperaba con una cola de coches tratando de entrar y exigía una reserva de hora. Era el primer Parque que funcionaba así, pero por suerte, no fue un problema y pudimos explorar durante todo el día las diferentes formaciones de la tierra. 

Si el Bryce está gobernado por “hoodoos”, Arches, como imaginaréis, lo está por arcos. Alrededor de 2000 puentes pétreos habitan el lugar. Uno de los más conocidos es el Delicate Arch, al que se accede tras recorrer unos 2 kilómetros bajo un sol punzante y puñetero. Aquí cominos, tomamos una inspiración y durante un minuto, venimos al momento presente antes de ir a dormir a Moab.

"…siempre he querido estar así..."

La ciudad de Moab fue nuestro campamento base, por su proximidad a los diferentes Parques. Por error reservamos dos noches en el único camping en el que sólo se permite acampar con tienda, así que nuestro coche estubo "acampado" dos días en el parking y el sitio de la tienda de campaña, vacío.

Amanecimos muy pronto, sin necesidad de desmontar ni quitar piquetas del suelo. Teníamos que visitar dos destinos. El primero, Deadhorse State Park, ha sido escenario de varias películas y su nombre viene de una leyenda en la que los Cowboys, acorralaban a los caballos salvajes al borde de este precipicio, para elegir a los que quisieran, dejando morir de hambre y sed al resto. Al menos, morían con estas vistas increíbles del paso del Colorado. Visitamos el mirador de buena mañana, con el sol apenas desperezándose. Entendimos el porqué elegir este lugar como escenario de películas. Las panorámicas eran espectaculares, pero lo mejor estaba por venir.

Canyonlands era el segundo lugar a visitar. Es peculiar porque está dividido en 4 distritos separados por los caprichos del río Colorado y el Río Green que convergen en este Parque Nacional. Visitamos el distrito “Island in the sky” y con el nombre se hace uno a la idea de lo que esperar. Da la sensación de que se esté literalmente en una isla, pero el océano son las tremendas extensiones de cañones. Uno tenía la sensación de gobernarlo todo a sus pies, de ser Rafiki a punto de levantar a Simba, con todo el reino debajo.

Las fotografías no hacen justicia al paisaje. Solo el concepto “panorámica” explica la inmensidad, que se tragaba incluso al horizonte. Con tal grandiosidad, decidimos inspirar una vez más y venir a disfrutar, aquí y ahora.

"…siempre, siempre, un segundo al fin."



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