sábado, 17 de junio de 2023

Cápsulas del tiempo (Napa Valley-Yosemite NP)

Abandonábamos San Francisco con la esperanza de beber buen vino en la famosa “Napa Valley”. Esta región es mundialmente conocida porque en 1973 se celebró una cata a ciegas conocida como “El juicio de Paris”. En esta cata, había vinos franceses de renombre y vinos californianos. Como podréis imaginar los americanos consiguieron batir a los franceses ante el asombro de toda la prensa. Desde entonces, el vino made in USA, se hizo un hueco a nivel internacional y los precios fueron subiendo hasta llegar hasta puntos desorbitados en más de una bodega.

 

Aunque los vinos están muy buenos, la región no nos gustó tanto como Santa Rita Hills; las catas son muy caras, todo es muy turístico y es poco cercano. Visitamos primero Beringer, recorriendo la sala de barricas antigua con su consiguiente cata. Después fuimos a la boutique del downtown de Mayacamas, que es mucho más asequible que los intocables precios de una visita y degustación en la bodega. Aquí tuvimos la suerte de disfrutar de un 2012 completamente joven y es que los vinos bien hechos son cápsulas del tiempo, esperando a ser descorchadas. Acabamos la tarde catando en Beaulieu Vineyards.

Presiona pausa y paremos el tiempo. Los que ya me conocen, saben que podría dedicar muchas líneas al mundo del vino y empezar a describir los aromas, las sensaciones de cada uno de los sitios nombrados anteriormente. Sin embargo, hay otro valle que merece la pena hoy admirar con mucho más detenimiento: Yosemite Valley. Quizás todavía queda algún escéptico, por lo que haré un esfuerzo porque tengáis una imagen mental. Rebobinemos un día y démosle al Play. Estamos recorriendo una carretera montañosa llena de curvas y nos toca cruzar un túnel, así que encendemos las luces del Dodge y seguimos recorriendo su oscuridad conquistada por nuestros faros. Cuando los rayos del sol nos tocan la cara de nuevo, se nos corta la respiración: se abre ante nosotros un amplio valle, gobernado por paredes altas desnudas de vegetación. 

Recorre el valle un río bravo, furioso y completamente lleno, por toda el agua que ha recibido este año con las lluvias, que parece que han marcado récord en California. En el medio del valle, sin embargo, el río se calma posando para una foto idílica y parece que descansa plácido para volver a enfurecer más allá una vez dejan de mirarle. Cierran la imagen inicial diferentes cataratas que se ven a lo lejos; algunas tímidas, otras demostrando su valía y escupiendo chorros de agua que se alejan de la pared.

Imagino que ahora que lo has podido ver, queda justificado el poco espacio dedicado a Napa Valley.

Vamos a tener tres días para recorrer el parque. No lo he dicho aún pero este valle del noreste de California es también un Parque Nacional. Nos quedaremos a dormir algo apartados, en un camping muy bucólico, en lo alto de una colina de hierba dorada que al atardecer se incendia con las caricias del sol.

Ahora que todas las presentaciones están hechas, no perdamos el tiempo y vayámonos de ruta. Para no cansaros, el primer día haremos dos excursiones pequeñas; visitaremos las “Lower Falls” y el “Mirror Lake”. 

En la primera, un acceso muy sencillo, te planta en la parte baja de la catarata. A los ríos de personas que se acercan cámara en mano, se les refresca la vista a ráfagas de agua expulsada. En la segunda excursión hay menos gente y es algo más larga, pero las vistas desde el lago son algo decepcionantes. Descansad que mañana seguimos.

No olvidéis el agua y haceros a la idea de que vamos a acumular mucho desnivel y a caminar durante un tiempo largo ¡Vamos allá!

La primera gran caminata que recorremos es la “Four Mile Trail”. Durante casi 5 millas (8 kilómetros), subiremos paso a paso ganando 975 metros de desnivel. Por el sendero, la vegetación se abre para poder disfrutar de unas maravillosas vistas que parecen secar el sudor. 

Llegamos al mirador del Glacier Point unas dos horas después. Estas vistas sí quitan el aliento. La magnitud y belleza del valle empequeñecen a cualquiera y le ponen en la boca un mantra de gratitud por poder regalar a los ojos una imagen tan perfecta. 

Como una estrella del Rock, se alza por delante de nosotros el “Gran Dome”, la montaña que inspiró a la marca de “North Face”. Vamos a almorzar en silencio admirando el paisaje antes de seguir subiendo un poco más. El objetivo es coronar el “Sentinel” de 2145 metros de altitud. 

En la cima, vemos como las nubes se derriten en la nieve y se puede gozar de 360 grados de panorámica. Espero que hayáis disfrutado de las vistas, ahora queda bajar hasta 1219 metros. Cada uno que baje a su ritmo. Nos vemos mañana.

La caminata de hoy se llama “Mist Trail”, y en ella se visitan dos cascadas: “Vernal Fall” y “Nevada Fall” el desnivel no es tan grande como ayer pero es todo subida hasta arriba de la cascada. Comenzamos pronto para evitar las cantidades ingentes de personas, ya que este es el hike más popular del parque. Espero que llevéis el chubasquero puesto, porque llegar a la parte alta de Vernal Fall es como meterse en la ducha con ropa. El agua que sale disparada en la caída convierte el camino en un túnel de lavado humano. A pesar del frío que hace, es toda una experiencia el recibir las olas de viento y agua en la cara mientras se lucha por avanzar.

Desde lo alto de Vernal Fall, queda la parte más dura a nivel físico. El camino se introduce en un bosque que parece encantado, gracias a la magia del sol escondiéndose tras los árboles con los brazos alargados en varias direcciones y penetrando el bosque en un intento de enraizarse. Junto con este efecto, las gotas de agua expulsadas por la catarata, se concierten en polvo dorado, que hechizadas, descienden muy lentamente y parecen parar el tiempo por momentos.

Las vistas de la catarata Nevada tanto durante el camino, como en lo alto, sobrecogen. La violencia de las aguas demuestra el poder de la naturaleza en crudo.

Después de toda la subida y casi dos horas, queda una última prueba antes de coronar lo más alto de las “Nevada Falls”: tenemos que atravesar un riachuelo de agua helada y la mejor manera es descalzarse. Miles de agujas imaginarias se nos clavaban, mientras avanzamos por el agua con cara de dolor. Al llegar al otro lado, sentimos que nuestros pies han sido separados de nuestro cuerpo o anestesiados hasta ser inhabilitados. Sin embargo, todo vale la pena al ver las Nevada Falls a vista de pájaro, con el sol calentándonos la cara mientras almorzamos una vez más, en silencio. La ruta no acaba aquí, queda dar media vuelta y tomar un nuevo camino que lleva a nuevas panorámicas. Desde luego Yosemite tiene la capacidad de humillar a cualquiera que se crea muy importante. Con sus altas montañas y acantilados grises, de formaciones rocosas de lo más irregular y aleatorio, sus innumerables cascadas y la salvaje fuerza de sus aguas; pudimos embotellar paisajes para guardarlos en la bodega de nuestros recuerdos y poder descorchar en otro momento, una cápsula del tiempo.

2 comentarios:

  1. Después de escribir un comentario largo no se q he hecho y no se ha publicado. Aunque tengo clara la idea ya no tengo tiempo para volver a hacer. Una pasada todo y como lo describes tan fenomenal y yo lo vivo tal cual..estoy cansada. Jajaja
    Un abrazo y nos vemos en poco.

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  2. Que bien se siente uno al poder contemplar el mundo desde arriba, se ve la grandeza de la naturaleza y también la pequeñez del hombre. Literalmente se está más cerca de Dios.
    Disfrutad, ved, mirad, pero también contemplar que es ir más lejos de lo que la vista nos deja ver.
    Os queremos.


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