sábado, 9 de abril de 2022

Oniria e insomnia en las antípodas (Valencia-Sydney-Faulconbridge)

Tras el parón forzado por culpa de la pandemia, nos ponemos las mochilas de nuevo, esta vez con mascarilla y volvemos a la carga para relatar en esta ocasión, las aventuras y desventuras de una luna de miel en las antípodas.

Todo empieza apenas 24 horas después de la boda. Como es normal, con tan poco tiempo de asimilación y tras 28 horas de viaje, la promesa de un día lleno de turismo era poco realista. El cansancio nos pasó factura y la siesta se alargó involuntariamente hasta que se asomó la noche. 



Con ganas de cenar y conocer algo la ciudad, nos acercamos a la bahía para ver la imponente Opera House de Sydney y el Harbour Bridge. Estos edificios, al igual que la Pedroche o Ramón García, anuncian inmutables la llegada de un año nuevo, llenando el aire de fuegos artificiales, varias horas antes de que en España nos llenemos la boca de uvas.

Mientras nos hacíamos fotos, unos ruidos estridentes llamaron nuestra atención. Alucinamos al ver como unos murciélagos del tamaño de gaviotas, iban y venían de un árbol a otro alborotando la iluminaria de las farolas y llenando de sombras el suelo de la ciudad mientras su primo Batman sonreía orgulloso. La fauna de Australia nos daba la bienvenida, recordándonos con sus diferencias, que habíamos cambiado de continente y hemisferio. Era martes, pero la gente parecía tan confundida por el Jet Lag como nosotros y llenaban los bares completamente peripuestos como si de un sábado se tratara. Nosotros sin embargo, decidimos arrancar la página del calendario entregándonos al sueño.

Al día siguiente, el temporal de lluvias que habíamos conseguido superar en España, se plantaba de buena mañana como si hubiera viajado de polizón con nosotros, y desgarraba el cielo de Sydney para reforzar la imagen de Gotham City que nos había mostrado anoche.



Visitamos el Fish Market, que parecía haber sido diseñado por una persona obsesionada con el orden; las frutas, verduras, peces, gambas, mejillones y demás moluscos, se exhibían meticulosamente ordenadas como si de un museo se tratase. Continuamos paseando bajo la lluvia y tras visitar el Art Gallery de New South Wales, decidimos secarnos y parar a comer dando por finalizada la visita turística.

Nuestro último día en la ciudad, antes de comenzar el road trip, continuó siendo como pasear bajo la ducha de casa. El paraguas parecía una simple decoración sin funcionalidad alguna y en ocasiones, era motivo de burla por parte del viento que se empeñaba en demostrar que todos los paraguas son reversibles.

Seguramente el lector nuevo de este blog, se asombrará cuando lea que nos costó lo suyo encontrar la caravana, ya que ha dado por supuesto que todo en este viaje estaba planeado y atado. Los que nos siguen desde hace años puede que no se lleven la misma impresión. Sea como fuere, empapados de agua y para qué engañarnos, calados un poco de la desesperación del que busca, habiendo recorrido la ciudad y desgastado el teléfono gratuito de llamadas nacionales, conseguimos al fin, nuestra preciada casa ambulante y nos lanzamos a la carretera.

En Australia se conduce por la izquierda, heredando la costumbre de sus colonizadores británicos, que empoderan a los zurdos. La falta de práctica ante esta costumbre en la conducción, sumada a las cortinas de agua que inundaban el parabrisas, requería de una concentración tan alta, que apenas unos kilómetros después de dejar la ciudad atrás, la tensión caló en los huesos y al desaparecer el sol definitivamente (ya escondido en un cielo gris permanente), decidimos que el día llegaba a su fin.

Aparcamos detrás de una gasolinera y nos entregamos a los espeluznantes susurros de la carretera, al sueño intermitente y al dar vueltas en la cama esperando con los brazos abiertos y la esperanza insomne, la visita de Oniria.

3 comentarios:

  1. Te echaba de menos.0.y pensé a al estar tan lejos...lo más lejos q podemos estar, no te quedaban fuerzas para escribir. Eres total mi.querodl pablito. Disfrutar a tope.se q llegasteis bien por tu padre...y seguro q va a ser un súper fantástico viaje. Cuidaros mucho y descansar también.

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  2. Hola pareja, me alegra viajar con vosotros,jeje, con la descriptiva narración de Pablo me parece estar viendo a Batman por el cielo, los paragúas del revés y el telón de lluvia tapando la vista.
    Por favor, SED FELICES.

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  3. Con fans tan acérrimos, da gusto dedicar un rato de los viajes a escribiros las experiencias que vivimos ¡Un besazo!

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